Autor: Irène Némirovsky
Género: Novela
Temática: Psicológica, humanista, realista
Idioma Original: Francés
Año Publicación: 1930
FRAGMENTO:
"Personne ne l'aimait, pas une âme au monde...Mais ils ne voyaient donc pas, aveugles, imbéciles, qu'elle était mille fois plus intelligente, plus précieuse, plus profonde qu'eux tous, ces gens qui osaient l'élever, l'instruire... Des nouveaux riches grossiers, incultes..."(1)
"Personne ne l'aimait, pas une âme au monde...Mais ils ne voyaient donc pas, aveugles, imbéciles, qu'elle était mille fois plus intelligente, plus précieuse, plus profonde qu'eux tous, ces gens qui osaient l'élever, l'instruire... Des nouveaux riches grossiers, incultes..."(1)
INTRODUCCIÓN:
Cuando nos dijeron en clase de francés que teníamos que leer Le bal de Irène Némirovsky se me aceleró el corazón. Ya había leído algo de ella (en este blog tengo reseñada la novela David Golder) y leer su obra en su idioma original me hacía mucha ilusión.
La edición en español tiene el nombre de "El baile".
Esta novela la voy a incluir en dos retos: "Sumando" y "Escritoras Únicas".
Esta novela la voy a incluir en dos retos: "Sumando" y "Escritoras Únicas".
Así que aquí os dejo con mis impresiones sobre Le bal.
BREVE RESEÑA:
Le bal nos describe las relaciones familiares y las pretensiones sociales de una familia de nuevos ricos judíos en el París de los años 30. El matrimonio Kampf, formado por Rosine y Alfred, preparan un baile en su casa con la intención de ser aceptados en la alta sociedad parisina. Pero el baile será la excusa para centrarse en la relación entre Rosine y su hija Antoinette.
Lo fantástico de esta obra es que la autora es capaz de, en unas pocas páginas, describir unos personajes con una enorme carga psicológica.
Antoinette, es una adolescente de 14 años, que quiere ser tratada como una adulta y su madre, Rosine, está más preocupada por su acceso y aceptación en la alta sociedad parisina que por los sentimientos de su hija. Ambas mujeres son el centro de la trama del libro.
La relación entre madre e hija es bastante tensa. Rosine o Madame Kampf, como la llama su hija en el libro, trata de manera muy poco afectuosa a su hija, de hecho a veces tiene un trato bastante cruel. Pero su intención en el fondo, o así la percibí yo, es que Antoinette se eduque y se forme como la hija de cualquier rico o noble, con la intención de que en el futuro se adapte sin problemas al nuevo círculo social. A mí me da la sensación que Rosine siente, sin quererlo, un cierto reproche hacia su hija con la que a veces se compara. Pues ella no tuvo en su infancia y juventud las comodidades que tiene Antoinette.
Todo el mundo interior de Antoinette se nos desvela a través de sus pensamientos. Nos encontramos con una característica muy común de la adolescencia, el deseo y voluntad de uno mismo es lo más importante del mundo y el resto no importa. Si no se consigue lo que uno quiere, crece en el interior la sensación de injusticia y a veces desemboca en odio infundado, en incomprensión. Antoinette cree que nadie la entiende y que nadie la quiere y esto la hace sentirse muy desgraciada. Pero a esas edades todo se magnifica. No nos damos cuenta que no somos los únicos en el mundo y que las cosas y personas estamos vinculados los unos con los otros. Esto es lo que aprenderá Antoinette. Su madre no es solo la autoritaria Madame Kampf, también es una mujer que tiene inseguridades y que solo busca su lugar en el mundo. Y es en esas ocasiones, cuando la señora Kampf pasa a convertirse en Rosine, su madre de la infancia.
La autora recurre a las frases cortas y a los signos de puntuación para enfatizar los sentimientos e inseguridades de ambas mujeres, sobre todo de Antoinette. Y como no, a unos diálogos vertiginosos con mucha carga emocional. De esta forma, la autora consigue dar un gran dinamismo a la narración que aunque transcurre casi toda en un mismo lugar y con pocos personajes no deja de ser interesante. No sé porqué, pero las escenas que se viven en casa de los Kampf y, que se caracterizan por una gran intensidad de emociones y sentimientos ocultos que se van revelando a medida que transcurre la narración, me recuerda a la película y obra de teatro La gata sobre el tejado de zinc. Por cierto, la película es muy buena, así que aprovecho la ocasión para recomendarla a todo aquél que no la haya visto. Y Paul Newman y Elizabeth Taylor están geniales.
Supongo que la novela se presta, por su intensidad psicológica y unos personajes bastante profundos, a convertirla en obra teatral o película, y así sucedió. En 1931, Wilhelm Thiele, se encargaría de llevarla al cine. Yo no he visto la película, así que no puedo decir si hace justicia a la novela, pero por lo que he leído, gracias a esta adaptación cinematográfica se descubrió a la actriz francesa Danielle Darrieux que interpretó el difícil papel de Antoinette.
Y volviendo a la novela y a su escritora, decir que como pasa muchas veces, la novela lleva una gran carga biográfica. Cabe recordar, como mencioné en la reseña de David Golder, que Irène Némirovsky tuvo una relación con sus padres bastante fría, y que su familia, gracias a los negocios bancarios y bursátiles de su padre se convirtieron de la noche a la mañana en nuevos ricos. En una época donde la especulación bursátil llevaría, como siempre primero en Estados Unidos y luego a Europa, a la que podríamos considerar la primera crisis monetaria de la modernidad, con su máximo esplendor en el crack del 29. Este rápido ascenso a la riqueza es lo que conlleva muchas veces un cambio de actitud y comportamiento en las personas, olvidando las cosas importantes como la familia. Y creo que es lo que quiso resaltar la escritora en sus obras. Y lo que Antoinette no acaba de entender, ni aceptar, es ese cambio de personalidad en su madre.
Y para finalizar, me gustaría resaltar el destino de Irène Némirovsky y de su marido, para que todos tengamos conciencia de que el pasado está para recordarlo, aprender de él y evitar caer en los mismos errores. Y es que desgraciadamente como tanta otras personas, el matrimonio falleció en el tristemente famoso campo de concentración de Auschwitz. El Holocausto no solo se llevó la vida de millones de inocentes, sino también nos arrebató el conocimiento, el arte, el saber, las ilusiones y muchas cosas más que poseían todas las personas que desgraciadamente fallecieron durante esos tristes años y que por tanto, todos perdimos.
Le bal nos describe las relaciones familiares y las pretensiones sociales de una familia de nuevos ricos judíos en el París de los años 30. El matrimonio Kampf, formado por Rosine y Alfred, preparan un baile en su casa con la intención de ser aceptados en la alta sociedad parisina. Pero el baile será la excusa para centrarse en la relación entre Rosine y su hija Antoinette.
Lo fantástico de esta obra es que la autora es capaz de, en unas pocas páginas, describir unos personajes con una enorme carga psicológica.
Antoinette, es una adolescente de 14 años, que quiere ser tratada como una adulta y su madre, Rosine, está más preocupada por su acceso y aceptación en la alta sociedad parisina que por los sentimientos de su hija. Ambas mujeres son el centro de la trama del libro.
La relación entre madre e hija es bastante tensa. Rosine o Madame Kampf, como la llama su hija en el libro, trata de manera muy poco afectuosa a su hija, de hecho a veces tiene un trato bastante cruel. Pero su intención en el fondo, o así la percibí yo, es que Antoinette se eduque y se forme como la hija de cualquier rico o noble, con la intención de que en el futuro se adapte sin problemas al nuevo círculo social. A mí me da la sensación que Rosine siente, sin quererlo, un cierto reproche hacia su hija con la que a veces se compara. Pues ella no tuvo en su infancia y juventud las comodidades que tiene Antoinette.
Todo el mundo interior de Antoinette se nos desvela a través de sus pensamientos. Nos encontramos con una característica muy común de la adolescencia, el deseo y voluntad de uno mismo es lo más importante del mundo y el resto no importa. Si no se consigue lo que uno quiere, crece en el interior la sensación de injusticia y a veces desemboca en odio infundado, en incomprensión. Antoinette cree que nadie la entiende y que nadie la quiere y esto la hace sentirse muy desgraciada. Pero a esas edades todo se magnifica. No nos damos cuenta que no somos los únicos en el mundo y que las cosas y personas estamos vinculados los unos con los otros. Esto es lo que aprenderá Antoinette. Su madre no es solo la autoritaria Madame Kampf, también es una mujer que tiene inseguridades y que solo busca su lugar en el mundo. Y es en esas ocasiones, cuando la señora Kampf pasa a convertirse en Rosine, su madre de la infancia.
La autora recurre a las frases cortas y a los signos de puntuación para enfatizar los sentimientos e inseguridades de ambas mujeres, sobre todo de Antoinette. Y como no, a unos diálogos vertiginosos con mucha carga emocional. De esta forma, la autora consigue dar un gran dinamismo a la narración que aunque transcurre casi toda en un mismo lugar y con pocos personajes no deja de ser interesante. No sé porqué, pero las escenas que se viven en casa de los Kampf y, que se caracterizan por una gran intensidad de emociones y sentimientos ocultos que se van revelando a medida que transcurre la narración, me recuerda a la película y obra de teatro La gata sobre el tejado de zinc. Por cierto, la película es muy buena, así que aprovecho la ocasión para recomendarla a todo aquél que no la haya visto. Y Paul Newman y Elizabeth Taylor están geniales.
Supongo que la novela se presta, por su intensidad psicológica y unos personajes bastante profundos, a convertirla en obra teatral o película, y así sucedió. En 1931, Wilhelm Thiele, se encargaría de llevarla al cine. Yo no he visto la película, así que no puedo decir si hace justicia a la novela, pero por lo que he leído, gracias a esta adaptación cinematográfica se descubrió a la actriz francesa Danielle Darrieux que interpretó el difícil papel de Antoinette.
Y volviendo a la novela y a su escritora, decir que como pasa muchas veces, la novela lleva una gran carga biográfica. Cabe recordar, como mencioné en la reseña de David Golder, que Irène Némirovsky tuvo una relación con sus padres bastante fría, y que su familia, gracias a los negocios bancarios y bursátiles de su padre se convirtieron de la noche a la mañana en nuevos ricos. En una época donde la especulación bursátil llevaría, como siempre primero en Estados Unidos y luego a Europa, a la que podríamos considerar la primera crisis monetaria de la modernidad, con su máximo esplendor en el crack del 29. Este rápido ascenso a la riqueza es lo que conlleva muchas veces un cambio de actitud y comportamiento en las personas, olvidando las cosas importantes como la familia. Y creo que es lo que quiso resaltar la escritora en sus obras. Y lo que Antoinette no acaba de entender, ni aceptar, es ese cambio de personalidad en su madre.
Y para finalizar, me gustaría resaltar el destino de Irène Némirovsky y de su marido, para que todos tengamos conciencia de que el pasado está para recordarlo, aprender de él y evitar caer en los mismos errores. Y es que desgraciadamente como tanta otras personas, el matrimonio falleció en el tristemente famoso campo de concentración de Auschwitz. El Holocausto no solo se llevó la vida de millones de inocentes, sino también nos arrebató el conocimiento, el arte, el saber, las ilusiones y muchas cosas más que poseían todas las personas que desgraciadamente fallecieron durante esos tristes años y que por tanto, todos perdimos.
¿POR QUÉ DESPERTAR ESTE LIBRO?
Porque tiene mucha profundidad, expresa mucho, en muy pocas páginas y eso es digno de admiración. Porque en el libro pasan muchas cosas, sobre todo una muy gorda en estas relaciones que yo no he desvelado y solo conoceréis si lo leéis. Porque contiene unos personajes muy interesantes y porque sus relaciones también te ayudarán a entender un poco más esa etapa de la adolescencia donde surge el lado más egoísta y rebelde de uno mismo, aunque claro está no todo el mundo pasa por las mismas experiencias ni siente lo mismo.
Fuente de la imagen y de la lectura:
Némirovsky, Irène. Le bal [Libro en línea]. France: Édition Ebooks libres et gratuits, 2013.
(1) Traducción amateur: "Nadie la quería, ni un alma en el mundo... Pero no veían entonces, insensatos, imbéciles, que ella era mil veces más inteligente, más valiosa, más profunda que toda esa gente que se atrevieron a educarla, a instruirla... Esos nuevos ricos groseros, incultos,..."
(1) Traducción amateur: "Nadie la quería, ni un alma en el mundo... Pero no veían entonces, insensatos, imbéciles, que ella era mil veces más inteligente, más valiosa, más profunda que toda esa gente que se atrevieron a educarla, a instruirla... Esos nuevos ricos groseros, incultos,..."
Una pequeña pero gran novela! Qué bien analizados todos los personajes, qué bien desarrollada la historia... Un libro imprescindible. Eso sí, lo leí en español, que de francés nada de nada. Por ahí me has dado cierta sanita envidia...
ResponderEliminarBesotes!!!
Bueno, todavía estoy aprendiendo. Me falta mucho, mucho.
EliminarUn beso.
Siempre cuento lo mismo: este libro es tan cortito que lo leí en la FNAC directamente. Tiempo después lo compré, que conste ;) Fue el primer libro que leí de Nemirovsky pero no fue (ni será) el último, así que con eso lo digo todo. El hecho de que, como comentas, en tan pocas páginas sepa concentrar tanta tensión psicologíca, el perfil de los personajes, esos dramas de la relación madre-hija. Una maravilla.
ResponderEliminarGracias y un saludo!
¡Qué buena tu anécdota! Eso demuestra lo adictiva que es la obra de Irène Némirovsky. ;)
EliminarUn beso.
Yo lo leí en español en año pasado, y estoy de acuerdo, en unas pocas páginas concentra una historia tan bien narrada...
ResponderEliminarBesos!
Sí, en muy poquitas hojas explica y expresa muchísimo. Y eso me parece increíble.
EliminarUn beso.
Muy buena reseña, los motivos para despertar este libro me parecen de lo más oportunos. Este tipo de lecturas cortas pero con calado siempre me asombran. Iréne Némirovski es una de las autoras que más me han gustado hasta el momento.
ResponderEliminarBesos y gracias :)
Muchas gracias Marilú. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn besote.